En las últimas décadas, la responsabilidad social empresarial ha pasado de ser una mera contribución que realizan los empresarios para convertirse en parte fundamental dentro de sus dinámicas empresariales, apostando por iniciativas sociales y ambientales dónde se involucra activamente la sociedad civil y el sector público. Frente a esto, el modelo asistencialista con el que se ha visto durante muchos años a los proyectos de impacto social se ha convertido en una apuesta con un enfoque de innovación social, transformando la propuesta de valor de la compañía. En el caso de las industrias creativas y culturales (en adelante ICC), existe un punto diferencial frente a estas iniciativas, partiendo del uso de la tecnología cómo una herramienta para disminuir las brechas de desigualdad y pobreza en poblaciones vulnerables.
Las ICC, han transformado el modelo de negocio habitual basado en la economía extractivista, por un modelo de negocio responsable y sostenible, beneficiando el crecimiento inclusivo de las comunidades en dónde adelantan sus actividades empresariales. Frente a esto, la tecnología tiene un papel preponderante, ya que ofrece soluciones concretas a necesidades específicas de las poblaciones vulnerables; en este punto, es necesario resaltar, que la tecnología es una herramienta para mejorar la eficacia de los proyectos de innovación social que adelantan las empresas, pero no es un fin en sí mismo; para encontrar una solución sostenible a una problemática social específica, es necesario conocer la comunidad, y hacer un diagnóstico diferencial de dichas necesidades, teniendo en cuenta que la tecnología es únicamente un vehículo para generar impacto social. De acuerdo con esto, puede ser el producto final de la intervención en la comunidad, por ejemplo, una plataforma para que los pequeños productores obtengan información sobre el mercado, o un dispositivo digital para el seguimiento de microcréditos entregados en zonas rurales aisladas que no cuentan con sucursales bancarias.
Para desarrollar una solución tecnológica con impacto real y sostenible, además de entender el contexto socioeconómico y cultural de la comunidad, se deben tener en cuenta las curvas de aprendizaje más cortas, para que se puedan mantener los resultados en el tiempo; cabe resaltar, que la tecnología no resolverá per se la desigualdad y las problemáticas asociadas a esta, si no se acompaña de un programa de formación dónde se desarrollen ciertas competencias y habilidades dentro de la población beneficiada. De acuerdo con lo expuesto, se han identificado diferentes iniciativas por parte de algunas empresas que hacen parte del sector de las ICC, y que se exponen a continuación, con el objetivo de visibilizar la importancia de la responsabilidad social empresarial y el impacto de los proyectos de innovación social basados en tecnología que agregan valor a las empresas.
Habits municipios, es una iniciativa que nace en el distrito de innovación 22@, ubicado en Barcelona, y que fue desarrollada por AIS Group; Habits, es una plataforma que hace uso de la tecnología big data, para presentar información actualizada a los ayuntamientos y entes gubernamentales en España, acerca de datos sociodemográficos y económicos de la población, con el objetivo de entregar información actualizada que les permita establecer acciones frente a situaciones de riesgo en comunidades vulnerables, generando soluciones tempranas para intervenir problemáticas emergentes. La plataforma organiza los datos en diferentes indicadores, entre ellos la tasa de pobreza, desempleo o acceso a servicios de educación y salud; esta iniciativa privada se vincula con las necesidades del sector público, transformando las acciones que se adelantan para atender las necesidades de la población, resultando, además, una herramienta efectiva de diagnóstico para la construcción de políticas públicas. Global forest watch, es una aplicación web de código abierto desarrollada por la empresa española Vizzuality, que utiliza la tecnología big data, para monitorear casi en tiempo real alertas meteorológicas que le permitan a las entidades gubernamentales tomar acciones frente a posibles catástrofes naturales que podrían afectar a las poblaciones más vulnerables; Colombia hace parte del piloto del proyecto, igual que Kenia y Ecuador.
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De acuerdo con lo descrito anteriormente, desde Arunuka Lab, le apostamos no sólo a la innovación tecnológica para el desarrollo de las industrias creativas y culturales en la región caribe, sino, además, queremos incentivar la participación del ecosistema de las ICC para hacer uso de la tecnología en proyectos de responsabilidad social; en este sentido, el distrito de innovación, será el puente dónde los diferentes actores dentro del ecosistema podrán encontrar oportunidades para apostar por proyectos e iniciativas que fomenten la transformación cultural y social del departamento del Atlántico, vinculando la contribución a los objetivos de negocio, priorizando la transversalidad del impacto social dentro de la empresa, y promoviendo alianzas según las necesidades de cada proyecto. Arunuka Lab, es un distrito que además de fomentar el crecimiento de las ICC en la región, quiere transformar las dinámicas económicas y sociales del departamento por medio de la cultura y la tecnología con propósito, ayudando a disminuir las brechas de desigualdad y pobreza del departamento, contribuyendo positivamente al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible que adelanta la agenda 2030 en Colombia.
Por: Diana Catellanos – Analista de formación en Vertical·i